El
pobre Rajdemont solo tiene un dedo en cada mano y ninguno en la frente. Nadie
sabe si nació con ese defecto o sucedió con el transcurrir de los años. Unos
dicen que perdió los dedos de tanto meterlos en cajas que no debía, otros, que
sus dedos eran tan independientes que le fue imposible mantenerlos juntos por
mucho tiempo, pero la mayoría cree, que a la vez que se le caían los
dedos de la frente, se le fueron cayendo los de la mano.
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