martes, 4 de octubre de 2016

Caperucita nunca será devorada (LXXII)

    Quedaba menos de un mes para el día 18 de septiembre de ese mismo año irrecordable, y ya tenían lista la campaña de comunicación para atraer a todos los hombres del mundo a Pestaña. Opera, por sus sabiduría, conocimiento y experiencia en estos temas, había sido la encargada de realizarla. Ahora todas estaban en sus manos.

  La estrategia a seguir sería la siguiente. Empezarían una campaña publicitaria brutal, con cerca de cien mil millones de impactos, una barbaridad. Todo el día se estarían emitiendo anuncios de los eventos programados en Pestaña, de hecho, la programación de tv en el mundo entero, menos en Calma Yorka que permanecería con Los Documentales de la Dos y algún que otro programa para mantenerles sanos y activos a los allí instalados, constaría única y exclusivamente de la emisión de estos anuncios, salvo algún que otro espacio informativo creado para tal ocasión.

   Los anuncios eran espectaculares, los hombres más fuertes, más altos y más rápidos retándose entre sí, también salían el tal Alfonso y Detel, citándose a una carrera hasta la muerte y nunca mejor dicho, en un circuito de más de cinco mil kilómetros al que tenían que dar 120 vueltas.

   Los grandes equipos de fútbol luciendo sus nuevas botas y camisetas, de diseño especial para la ocasión, con las que participarían en el campeonato más grande e importante jamás disputado.
Todos los deportes tenían presencia en los anuncios, algunos más que otros, por razones obvias, en relación a la gran masa de seguidores que arrastran. Pero todos tenían sus segundos de gloria.

   En todos los anuncios aparecía un letrero en el que podía leerse: “Aforo Limitado” “Reserve ya su localidad”. Cuando vieron las otras siete esto se partieron de risa, -¡¡Jaja. Esta Opera cómo es!!- Dijeron.

   También hicieron anuncios de la extensa Parcela del Juego. Juega, Gana y Disfruta, era su slogan, en los que prometían dinero asegurado y la actuación de las más fascinantes mujeres y strippers del universo y además anunciaban un concierto estelar del renacido Flan Sinnata para los más entrados en años y de la banda Que GuayPlay Somos para los jóvenes talentos y emprendedores. Todo mentira claro, pero a todos ellos les daría exactamente lo mismo, vendrían igualmente.

  En los espacios informativos se informaba, como no podía ser de otra manera, de todos los aspectos técnicos de los acontecimientos, además de entrevistas a los participantes, en la que por cierto todos decían exactamente lo mismo. Opera, que era muy lista, hizo solo una entrevista y luego fue intercambiando cara y voz del resto de participantes mediante técnicas audiovisuales al uso, con lo cual se ahorró un montón de dinero en viajes, llamadas de teléfono y cintas de video, hecho que Tistine agradeció enormemente.

   En uno de esos espacios informativos, se se daba cuenta de que debido a los altos costes de producción, los derechos de tv para emitir todos estos formidables acontecimientos, se había disparado de tal manera, que nadie había podido pagar por ellos, por lo que no se podrían televisar, la única forma de verlos sería presenciarlos en vivo (otra vez risas) y en directo en Pestaña.

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