miércoles, 8 de junio de 2016

Caperucita nunca será devorada (LVI)

  Cuando se nombró la palabra animal, Dandi que era muy sensible al tema, mostró en su rostro un gesto de tristeza, recordando que no habían pensado en ellos y se lo hizo saber al resto. Como vieron que Dandi estaba realmente preocupada decidieron hacer un paréntesis en su tarea de diseñar los acontecimientos deportivos, para dedicar unos minutos al tema que preocupaba a Dandi.

  Dandi no quería dejar allí a toda la fauna de Pestaña con lo que allí se iba a organizar, y menos aún con lo brutos que suelen ser ellos con los animales y lo que suelen maltratarlos. Para complacerla, se pusieron todas manos a la obra para salvar a todos los animalitos que andaban por Pestaña, aunque también pensaron que ya se le podía haber ocurrido antes, pero bueno, enseguida idearon una fórmula para sacarlos de allí.

  Opera emitió un informativo urgente, indicando que todos los animales de Pestaña eran portadores de una enfermedad muy contagiosa que se podía transmitir a los humanos, no se les podía sacrificar porque sino el contagio sería mucho más peligroso y mortal, que por favor, nadie ni los tocara ni se acercara a ellos, continuando, que la única forma de poder salvar del contagio a las personas de Pestaña, era evacuando a todos los animales de allí, que ya se encargarían las autoridades pertinentes de realizar tal evacuación y que en ningún caso serían las autoridades pertinentes de Pestaña, ya que ni son autoridades y ni mucho menos pertinentes.

  Así que fletaron todos los barcos disponibles y encargaron a una prestigiosa ONG, especializada en el trato y salvamento de animales, que por cierto había despedido hace poco al Trampachano de su presidencia, la evacuación de todos ellos. En un par de días los animales ya estarían campando a sus anchas por otras tierras, al principio un poco apretados, pero luego tendrían sitio de sobra.

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