martes, 26 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (L)

  Ya estaba  anocheciendo y empezaba a refrescar en el jardín de la Casa Rural, así que decidieron meterse dentro de la casa, prepararse algo para cenar y tomarse un buen whisky tranquilamente al calor del fuego de la chimenea, a la espera de las noticias que fueran llegando de Calma Yorka sobre la efectividad de los documentales. Después ya decidirían si seguían con sus planes esa noche o se metían directamente a la cama y los dejaban para el día siguiente. Según les apeteciera.

  Al final se quedaron esa noche disfrutando de sus respectivos whiskys muy animadas, charlando sobre el futuro tan prometedor que las esperaba.

  A la mañana siguiente recibieron noticias de Calama Yorka, todos los vuelos de salida estaban totalmente llenos y los barcos a rebosar de hombres deseosos de llegar a Pestaña en busca de lo que prometían los documentales emitidos por Opera. En un par de días las islas estarían totalmente vacías de gente. Sólo quedarían en ellas los cinco mil que no se veían atraídos por este tipo de documentales, el expropietario de la Casa Rural, Eldelfiel y el Gerente del Hotel Hiz Sol y Playa.

  Mientras desayunaban pensaron en llamar a Ladelpedal, pero para qué, si ella y sus correligionarios estaban siempre susurrando, con sus cadenitas en las manos y nunca se enteraban de nada, y nunca tenían constancia de nada, por lo que decidieron no llamarla para comunicar la llegada de medio millón de hombres en dos días a Pestaña, total, ya se enteraría cuando llegaran.
Efectivamente, a los dos días sólo quedaban en las islas cinco mil tres hombres. El Gerente, cumpliendo órdenes de Kerkel, los reunió a todos en Calma Yorka, dejando el resto de islas completamente vacías de polvo y paja, salvo por lo allí practicado por la fauna autóctona del lugar.

  Todos los aviones y diferentes medios de transportes utilizados para el traslado a Pestaña de los hombres de Calma Yorka, una vez cumplida su misión se desviaron a otros destinos que no fueran este, en espera de volver a ser utilizados para otras misiones mucho más importantes. Con lo cual Calma Yorka quedó de momento totalmente incomunicada por tierra, que ya lo estaba antes, mar y aire.

  Para celebrarlo se prepararon un bloody Mary y salieron al jardín a tomárselo antes de empezar con la nueva jornada de trabajo.

miércoles, 20 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLIX)

  Como generalmente un hombre siempre anda detrás de una mujer y ante la ausencia de estas en Calma Yorka, pensaron que por esa vía encontrarían una solución.

  Pidieron a Opera que emitiera de manera urgente, exclusivamente para las islas, diferentes documentales en los que pareciera que en Pestaña sufrían una alarmante escasez de personas del género masculino para satisfacer las necesidades básicas de las del género femenino y viceversa. Tistine, abrió su caja, para que todos tuvieran las mayores facilidades para adquirir sus billetes de avión, barco o cualquier otro medio de transporte imaginable con destino a Pestaña. Kerkel hizo su pertinente llamada al Gerente del hotel para informarle y pedirle que hiciera todo lo posible para que se marcharan de allí todos los hombres, si había que dar algún empujón, no importaba, que lo diera, ella se hacía responsable.

  El Gerente le informó de que quizá no todos los hombres atendieran a ese tipo de reclamo y a la pregunta de Kerkel de que cuántos calculaba él que podían no salir pitando hacia Pestaña, el gerente respondió que realmente no sabía exactamente cuántos, lo que sí sabía seguro es que algunos no harían ni caso a este tipo de reclamos, pero mejor que preguntara al expropietario y a Eldelfiel que ellos lo sabrían mejor.

  Las 8 estaban principalmente interesadas en conocer cuántos serían, para saber si tendrían que emitir otro documental específico para ellos o utilizar cualquier otro medio disuasorio. Así que Kerkel llamó a Eldelfiel para conocer la respuesta. Eldelfiel la dijo que no muchos, calculó que unos cinco mil más o menos.   

  Iban a meter en Calma Yorka a doscientos cincuenta millones de tíos, por meter a cinco mil más tampoco pasaba nada, así que Kerkel dijo al Eldelfiel que comunicara al expropietario, que hiciera lo que quisiera con los cinco mil, pero que procurara que no molestaran mucho, que se mantuvieran calladitos y eso sí, que se asegurara de que nunca más salieran de allí. Eldelfiel le confirmó que se haría todo según sus deseos y apuntó, que él personalmente se haría cargo de los cinco mil.

lunes, 18 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLVIII)

  El desalojo de las mujeres de Calma Yorka e islas colindantes se realizó a la perfección y con gran rapidez, además debido a que los hombres de allí estaban totalmente absortos con la carrera del siglo, ni se enteraron hasta pasados unos días de que ellas habían desaparecido, pero bueno, como ellos tampoco pasarían mucho más tiempo allí, no era de preocupar. Ahora Cuin y sus siete compañeras tenían que pensar cómo hacer para dejar las islas desiertas de los hombres que allí habitaban, antes de que llegaran los supuestamente elegidos. Imaginaban que ya se habría hecho la correspondiente selección en los diferentes países, incluidos los suyos, en los que la selección la harían las mujeres que dejaron al cargo.

Este es el tipo de cadena con bolitas con la que se
entretiene Ladelpedal y no de otro tipo, que sepamos.
  Como no se fiaban mucho del criterio de selección de Ladelpedal, decidieron llamarla para ver qué tal iba todo, pero como vieron que seguía susurrando y jugando con su cadenita de bolitas, le dijeron que se olvidara del tema y que siguiera a lo suyo, que ya se encargaban ellas del asunto, pues no querían ni imaginarse a qué tipos de hombres elegiría, también le dijeron que ellas mismas se ocuparían de sacar a las Pestañolas de Pestaña.

  Se despidieron de Ladelpedal deseándola que disfrutara la estancia con sus correligionarias, a las que también se las oía susurrar a lo lejos, y con los tres mil doscientos millones de hombres que aparecerían por allí.

  Como los habitantes habituales de Calma Yorka e islas cercanas eran relativamente pocos, ya que principalmente era un destino vacacional, no tendrían muy difícil sacar a los hombres con residencia habitual en las islas, aunque las fechas que había escogido para tal operación no habían sido demasiado afortunadas, pero debido a la premura de tiempo no habían tenido otra opción.

  Realmente para ellas mover a sólo poco más de medio millón de hombres a Pestaña, era algo menor, comparado con el principal y más importante desplazamiento que tenía que preparar.

  Para que no fuera más gente a Calma Yorka, Kerkel llamó al Gerente del ahora otra vez llamado Hotel Hiz Sol y Playa, y le pidió que pusiera un cartel en la entrada de las islas que dijera “Aforo Completo”, con esto se aseguraban que de momento por allí no se acercara nadie más.

miércoles, 13 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLVII)

  ¿Y en los países de las ocho que estaban allí, quién se encargaba de supervisar todo? Pues para ir por orden la cosa estaba más o menos así.

  Cuin se había hecho muy amiga de la compañera sentimental, ahora esposa, de uno de sus nietos, el que andaba con la maquinita matando árabes no, otro. Esta mujer, inteligente y bella se llamaba Mi del Ton y aunque no lo pareciera estaba en total sintonía con Cuin, ya sabía todos los planes que se estaban urdiendo y estaba de acuerdo con ellos, era el enlace de Cuin en su Imperio, además por ser nueva en la familia pasaba totalmente desapercibida, dando una imagen que en nada se correspondía con la realidad.

  Kerkel, debido a su reciente estado, y al haber dicho que prioritariamente trabajaría desde casa, la mantenían puntualmente informada y cualquier orden que ella daba por teléfono o cualquier otro medio, era inmediatamente cumplida.

  Shi, otro tanto de lo mismo, con la diferencia de que ella no tenía que dar ninguna explicación. Ella hacía lo que quería, además tenía a sus propios espías que la ponían al día de todo lo que sucedía, no sólo en su país, sino en el mundo entero.

  Tistine y Opera no eran responsables directas de ningún país. Ellas eran las que custodiaban las dos cajas de mayor poder en el mundo. ¿Quién se atrevería a decirlas algo?

  Pilari Linton, una vez que los del Te Partis habían dejado ya de molestar, confiaba plenamente en su hija para organizar todo allí, además como Opera era compatriota suya, y ella tenía muchas amigas allí que también colaborarían, como Padonna, Mironce y muchas otras más, pues estaban realmente tranquilas respecto a lo que sucediera en su país.

  Chelie contaba con la colaboración de sus amigas de zona, Pistina y Vilma, que echarían un ojo al país de Chelie por si hubiese algún problema.
Lonia Dandi tenía a su mejor amiga y colaboradora Datiba Pati para guardarle las espaldas, Datiba también era una mujer muy poderosa y trabajaría para que no fallara nada.

  Las ocho confiaban plenamente en las personas dejadas al cargo en sus países, estaban seguras de que tendrían todo bajo control.

sábado, 9 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLVI)

  Ahora estaban allí ellas, las 8 solas ante el mayor reto que se les había presentado en su vida y esto sí que era un reto, un gran reto, no como los que tienen los hombres, que simplemente llaman reto a lo que realmente es un problema.

  Un problema se resuelve y se soluciona, un reto se afronta y se supera, como ellos llaman retos a los problemas, pues ni los resuelven ni los solucionan y ni si quiera superan los retos, ellos sólo se dedican a afrontarlos una y otra vez, hasta que se mueren, entonces el problema ya no es suyo y pasa al siguiente.

  Como hacía buen tiempo y ya no eran tantas, decidieron sacar la mesa de reuniones al jardín, así en contacto con la naturaleza seguro que las ideas fluirían en total libertad. Se prepararon unos daiquiris y se dispusieron a afrontar todo lo que les quedaba por delante, que no era poco.

  De momento preguntaron a los espías de Shi qué tal estaba todo por ahí fuera. Estos comentaron que una vez finalizado el que fuera llamado el partido del siglo, las cosas se habían vuelto a deteriorar un poco. Ellos habían pasado del cabreo inicial y el entusiasmo por el partido del siglo, a una incipiente tristeza y deambulan por las calles cada vez más desorientados y aburridos, muchos de ellos ya no acudían ni a sus respectivos trabajos. Ellas seguían intentando mantener todo en pie, pero también cada día se las veía más cansadas y hartas de ellos.

  Opera preguntó si les ponía otro partido del siglo para levantarles un poco el ánimo y no se vinieran abajo tan pronto. Pensaron que otro partido del siglo tan seguido a lo mejor no les animaba mucho, aunque vaya usted a saber, les ponen cuatro seguidos y ellos tan contentos. Pero no, decidieron ponerles otra cosa. Opera que es la que más sabía del tema, les preparó la final del campeonato mundial de carreras de coches, la carrera del siglo, la llamaron. En dicha carrera se jugaban el título mundial dos corredores, un tal Alfonso y un tal Detel. Lo prepararon de tal manera para que la carrera fuera tan emocionante que no se supiese quién la ganaría hasta la última vuelta, en esa última vuelta parecía que iba a ganar el tal Alfonso, pero no, ganó el otro.

  Este evento les mantendría entretenidos hasta que tuvieran perfilado su plan, y aunque este preveía que ellos estuvieran tristes, desorientados y sin saber qué hacer, todavía no era el momento, tenían que afinar más y tener todo atado y bien atado, pues cualquier fallo podía echar abajo su propósito y las consecuencias serían fatales para ellas.

  A los espías les enviaron a ver qué tal iba la carrera de coches y también si se estaba desarrollando correctamente el desalojo de las mujeres de Calma Yorka e islas cercanas.

lunes, 4 de abril de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLV)

  Realmente estaban bien cansadas, así que pensaron que lo mejor sería dejarlo ahí. Como ya tenían bastante claro lo que iban a hacer, decidieron crear un comité ejecutivo que dirigiría las operaciones desde la Casa Rural y que decidiría cual sería la mejor manera para reunir a los tres mil doscientos millones de hombres en Pestaña, el resto se volvería a sus respectivos países para prepararlo todo en los mismos, manteniéndose permanentemente comunicadas e informadas de cómo se iban desarrollando los acontecimientos.

  Como eran dueñas de todos los medios y sistemas de comunicación e información del mundo, podían elegir el medio que más les gustara para comunicarse. Para las llamadas normales, como eran unas sentimentales y un poco vintage, que se dice ahora, escogieron el teléfono fijo de toda la vida de marcación por pulsos, vamos, el de meter el dedo en la ruedecita con el número elegido y girar tantas veces como sea necesario hasta comunicar con tu interlocutor. Las llamadas especiales y urgentes las harían  vía satélite y las multitudinarias a través de videoconferencia. El resto de aparatos y tecnologías, incluidos los ifones y parecidos, los eliminarían hasta no haber completado su plan.

  El comité ejecutivo se formó con todas las que quisieron quedarse allí para  crear y poner en marcha, el mayor movimiento de gente jamás visto y que probablemente nunca jamás se verá.

  Las que decidieron quedarse fueron Cuin y Kerkel, por ser las impulsoras del proyecto, principalmente Cuin. Shi porque enseguida se adhirió a la causa, además siempre se mostró muy beligerante hacia ellos. Tistine y Opera, por lo dispuestas que estaban en poner sus respectivos poderes al servicio de la causa y porque era necesaria su presencia allí.

 Pilari estuvo dudando si quedarse o irse, el cuerpo realmente le pedía quedarse, pero estaba preocupada por lo que pudiera pasar en su país si lo abandonaba. Comentó que allí había surgido recientemente un grupo, que se hacían llamar Te Partis y se dedicaban a tocar las narices a todo el que pasara por allí, con unas ideas sacadas de no se sabe dónde, pero que seguramente ni en el periodo más rancio de la historia tenían. Pilari pensaba que estos individuos, entre los que se encontraba por desgracia alguna mujer que otra, siendo la más significativa una tal Dada Padin, pudieran interferir en el proyecto que estaban iniciando y por eso pensaba que quizá era mejor que volviera a su país y así poder controlarlos y manejarlos a su antojo.    

  Shi dijo a Pilari que no se preocupara, que ella personalmente se encargaría de eliminar a los del Te Partis y así ya no tendría ningún problema para quedarse con ellas. Eso sí, informó que también tendría que sacrificar a las mujeres pertenecientes a la agrupación esa del Te Partis.

  Cuando escuchó esto Colores Ladelpedal, dejó de jugar con su cadena de bolitas y se puso a silbar mirando al techo, todas se extrañaron, pero lo achacaron al trance que estaba pasando la pobre, por el hecho de tenerse que quedar en Pestaña junto a sus correligionarias y a los tres mil doscientos millones de hombres que serían allí desplazados.

  Shi, llevaba ya varios días queriendo cargarse a alguien y por fin tendría la ocasión de hacerlo sin que nadie se opusiera, al contrario. Ya que estaba, preguntó al resto si querían que se ocupara de alguien más en sus respectivos países que pensaran pudieran llegar a estropear sus planes. Todas reflexionaron por unos instantes pero no dijeron nada. Las que más sufrían la tiranía de los hombres y que por razones de seguridad no podemos decir nombre ni residencia, confiaban plenamente en el plan que se elaboraría para ellos y así se verían libres de sus cadenas, sin tener que recurrir a los métodos tan expeditivos de Shi, aunque en algunos momentos puntuales de su historia no los hubieran desestimado.

  Pilari se quedó más tranquila y decidió entonces permanecer también en la Casa Rural, para colaborar lo más posible en la realización del proyecto.

 Chelie Chelet, infatigable luchadora. También se quedaría, ella estaba preparada para todo, su país había sufrido, no hace mucho tiempo, los desmanes de un hombre con gorra, gafas oscuras y bigote, y su panda de amigotes, y no estaba dispuesta a volver a permitirlo. Ella se quedaría allí. Además tenía a sus dos buenas amigas de la zona Pistina y Vilma, por si fuera necesario echar una mano en su país.

  También decidió quedarse Lonia Dandi, que no quería dejar sola a Shi, ya que conocía bien sus métodos y no le apetecía mucho que se le fuera la mano, además en la Casa Rural disponía de más espacio que en su país y no le apetecía, hasta que comenzará el traslado, estar tan apretada.  

Al final se quedaron Cuin, Kerkel, Shi, Tistine, Opera, Pilari, Chelie y Lonia. Estas ocho mujeres serían las encargadas de poner en marcha la maquinaria para juntar a la gran mayoría de los hombres del mundo en un mismo lugar. Tenían que encontrar la manera de meter en Pestaña a tres mil doscientos millones de hombres y no dejarles salir de allí nunca más, y lo más gracioso, es que ellos ni se darían cuenta, ni se enterarían de que los estaban encerrando allí para siempre. Como son ellas de listas, a la vez que inteligentes, luchadoras y bellas.

  El resto, muchas de ellas muy a su pesar, se marcharía a trabajar desde sus propios países, para procurar que no hubiera ningún error que echara al traste el plan.